142- ENCUENTRO EN LA CIUDAD DE MÉXICO. Por Toño Magaña, paciente de Ataxia de Friedreich, de México.

El día 27/04/2002, Pepi y yo, lo pasamos muy bien en compañía de Paty, Flor, y sus familiares.

Desde Cuernavaca llegamos a la ciudad de México a la una y media de la tarde. Mi tía Nela, quien vive en México, acompañada por mi primo Juan, nos pasó a recoger a la terminal de autobuses, y salimos disparados desde el sur hacia el norte de la ciudad.

Llegamos a un centro comercial cerca de la casa de Manolo: Manolo es el exmarido de Paty, un español de Santander que hace 40 años emigró a México... ahora tiene hijos y nietos mexicanos... también un restaurante donde los viernes hace la mejor paella del mundo, dice él... (cosa de la que pronto daríamos fe).

Y bien, llegaron por nosotros Gil y Manolo (yerno, e hijo de Paty). Ya en casa, llegaron las presentaciones, los besos y los abrazos.

Paty es una señora muy guapa. Es de esas mujeres que rebosan cariño. Pero, ¿y Flor? Bueno, Flor aún no llegaba. Así que le hice una llamada por teléfono... y aunque ya andaban cerca, aún no encontraban la calle... y en menos de lo que se dice "cuaz", fueron a buscarla.

Flor es una guapa morena, y me sorprendió lo alta que es. Da clases de pintura. Las dos, Paty y Flor, son mujeres hermosas con quienes esperamos estrechar los lazos que ahora nos unen.

Fue una bella tarde. Conocimos y convivimos con el resto de la familia. Hablamos de España... del pueblo de Manolo... del México de los años sesenta. Comimos mixote de pollo y cochinita pibil, guisos mexicanos preparados por un español. Fue genial. Brindamos con tekila y recordamos a los amigos de HispAtaxia.

Fue un breve momento el que pudimos convivir, pero nos ha dejado el alma llena de esta alegría tan especial que se siente cada vez que conocemos a un amigo. Abrazos. (Pepi y Toño).

PD: bueno, yo (Pepi) quería añadir que fue un encuentro muy bonito [a pesar de quedarme sin comer paella :-((((, sí me cambiaron el menú a última hora... jooooo, con las ganas que tiene una Española en México de comer paella, aunque sea paella vasca :-))].

¡Qué más deciros! Tanto Flor como Paty son encantadoras, y me agradó mucho el conocerlas. Aunque se pasaron rápidas las horas y tuvimos que regresar a Cuernavaca, ya hemos quedamos en vernos para otras ocasiones.