La investigación con células madre forma parte de las esperanzas de millones de personas que tienen enfermedades incurables. Por eso la gijonesa Cristina Fernández Amado que padece el mal de ataxia --una dolencia degenerativa de lo más extraña que la obliga a ir en silla de ruedas y a depender de los demás para cualquier cosa--, se indigna cada vez que echan mano de la ética para justificar los obstáculos a este tipo de investigación.

"No entiendo que se prefiera tirar a la basura unos embriones que no son viables, que no se pueden implantar en ningún útero porque llevan cinco años congelados, antes que utilizarlos para investigar; es demencial", dice.

Para hacer oír su argumento y el de otra mucha gente que está en situaciones similares, Cristina ha sido llamada a participar en el programa de La 2 de Televisión Española Línea 900 , que se emite el próximo domingo a las 20,30 horas y en el que también intervendrá el médico gijonés y presidente del Comité Internacional de Bioética, Marcelo Palacios.

Los enfermos de Parkinson, Alzheimer, diabéticos, cáncer y un sinfín de dolencias más, sobre todo las neurodegenerativas, sueñan que algún día la ciencia puede encontrar un remedio a su padecimiento, los mismo que Cristina. Aunque esta gijonesa padece una enfermedad extremadamente rara, incluso desconocida por muchos médicos.

"Dentro de mi enfermedad, la ataxia, yo puedo hablar con cierta soltura, escribir en el ordenador, navegar por internet, pero el 90% de los enfermos en fase avanzada no pueden hacer nada; por eso quiero coger el testigo y exponer nuestras razones para que se permita la investigación con embriones que se van a desechar", explica.

A esta gijonesa no le da ningún tipo de corte presentarse en su silla de ruedas en cualquier foro que sirva para divulgar las características de su enfermedad y reivindicar el derecho a una vida mejor de muchos enfermos a los que se les da por desahuciados.

"El PP, como están las elecciones encima, no se quiere meter en berenjenales y la ley sobre embriones sigue paralizada", explica. Para Cristina esta vía terapéutica no tienen nada que ver con la clonación humana. "Estamos hablando de embriones que están congelados en una probeta y que van a terminar en la basura", remata.