108- UNA MENTIRILLA. Por Lino Schembre, paciente de ataxia, de Venezuela.

NOTA: "Calógero (Lino para los amigos) Schembre, paciente de ataxia, es natural de Sicilia y residente en Venezuela. Sus hijos se llaman Pina y Franco, y su esposa, Gladys".

En esos años yo sabía por qué el hielo es frío o por qué los vidrios son transparentes... ya lo olvide, pero no sabía por qué habiendo nacido en Sicilia, tenía un aparente apellido alemán.

Era casi obligado el hecho de que surgiera la pregunta de parte de uno de mis hijos. Le correspondió a mi hija, Pina:

- ¿Por qué si naciste en Sicilia tenemos un apellido alemán?.

Mientras pensaba qué respuesta dar, se distrajeron con algo.

Al día siguiente, cuando creía haberme liberado de tener que responder, fue Franco el que preguntó... y esta vez ninguno de los dos estaba dispuesto a dejarse distraer con nada.

Me vino a la mente no un cuento, sino un deseo, y les conté:

"Mi abuelo fue un piloto alemán perteneciente a la legión Cóndor, que Hitler mandó a España para que bombardeara pueblos que estaban contra Franco. En el camino de Alemania a España debían de pasar sobre Sicilia, y como mi abuelo no estaba de acuerdo, se dijo que no iría a España... por eso estaba buscando dónde lanzarse en paracaídas.

Al pasar sobre Sicilia, vio todo muy bonito. Le gusto mucho el paisaje que veía... comenzó a disminuir la velocidad y hacer bajar la altura del avión... cuando paso sobre Cattolica Eraclea decidió saltar. Los campesinos lo atraparon y lo mantuvieron escondido: En aquellos tiempos el jefe de Italia era Musolini, amigo de Hitler y de Franco. Durante algunos días los aviones de Hitler dieron vueltas para buscar el avión, pero no lo podían ver porque los campesinos lo habían escondido. Durante algunas semanas los "carabinieri" de Mussolini buscaron al piloto alemán. Pronto él comenzó a aprender el dialecto y se enamoró de mi abuela. Y colorín colorado... se casaron".

Mientras les contaba, me daba cuenta, por las fechas y por la geografía de la imposibilidad de la historia, pero me decía "se me ocurrirá algo para poder explicar esos veinte años" y esos cientos de kilómetros. No estaba dispuesto a que por veinte años y unos cuantos kms. se imposibilitara el cuento.

Varios días después, llegó Pina de la escuela, muy agitada: se había peleado con una compañerita española de la que sus padres habían venido a Venezuela como consecuencia de la guerra civil en España. La chiquilla, conocedora del tema, se empeñaba en explicar la imposibilidad de lo que contaba Pina.

Ya me había olvidado el "cuento", cuando me llamaron de la escuela, su director, quería conversar conmigo. Le pedí que pusiera fecha y hora.

Sabía algunas cosas del director, de apellido Campa, barcelonés, que había llegado a Venezuela como consecuencia de la guerra civil, y que era amigo de Pau Casals. Entonces me dije: "ya sé de qué quiere conversar... me desenmascarará".

Llegué con bastante anticipación a la cita. Eso me sirvió para estudiar la oficina del director. Vi un escarabajo en proceso de disección, un libro de un naturalista ruso abierto, muchos libros de música, fotos, fotos de él con Pau Casals. Me daba cuenta de la variedad de intereses del director, para mí eso hablaba muy bien de él.

Entró, y me dio el apretón de manos de rigor. Me preguntó si mi abuelo vivía. Al decirle que no, agradeció a la memoria de mi abuelo lo hecho. Después la conversación trato sobre temas que no recuerdo.

La conversación fue muy corta, y no pude encontrar la oportunidad de hablar sobre el tema que me preocupaba.

Tiempo después en una visita que hicimos a mis padres, Franco, mi hijo, le preguntó a mi padre (que también se llamaba Franco), y éste sin haber conversado previamente conmigo, le ratificó en mi presencia lo que yo había contado. Se hacía mas difícil aclarar el asunto.

Me encontraba en un tremendo lío, ¿cómo y cuándo decirles a mis hijos que no era verdad lo del paracaidista de la legión Cóndor? Además el dichoso cuento ya tenía otras consecuencias Franco, mi hijo -creo que por influencia del cuento-, a la edad de 14 años se hizo paracaidista deportivo. Con la consecuente nerviosidad por parte de mi esposa, Gladys, y mía.

No tuve que hacer ningún esfuerzo para desenredar el lió hecho. Viajamos a Sicilia. Fuimos a mi pueblo natal: Cattolica Eraclea. Un amplio porcentaje de la población tenía el mismo apellido mío, pero nadie se jactaba de ser descendiente de un paracaidista de Legión Cóndor.

A Pina y a Franco no les gustaba la idea de tener que desaparecer el paracaidista, ya estaban muy comprometidos con él, sólo tenían que adaptar el cuento.

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Tiempo después les enseñé el cuento a mis hijos: Franco en son de broma me sugirió seguirlo así:

- Franco y Pina empezaron a vestirse siempre de negro y a ponerse botas militares. Franco se dejo un bigotito muy corto y se rapó el pelo, mientras Pina trabajaba en sus discursos sobre la superioridad de la raza aria. Ambos, convencidos de su origen y pureza de sangre, se encontraban militando en el más temible de los cultos Neonazi, sin saber que todos aquellos orígenes eran falsos.

Pina también, en son de broma, me dijo:

- ¿Entonces lo del soldado alemán era mentira?.

¿Y no será que el niño Jesús en verdad si existe?

Yo pensé que esa historia la había inventado Chichi.