Pie cavo (pie excavado o retraído). Del libro "Masajes y ejercicios de recuperación en afecciones médicas quirúrgicas". Editado y revisado por J. O. Wale, Fisioterapeuta encargado de la sección neurológica del departamento de fisioterapia del St. Thomas' Hospital. Copiado de Ataxias Argentina.

En esta deformidad, el arco del pie está exagerado, por lo que es anormalmente excavado. Esta exageración del arco obedece más bien al arqueamiento del tarso, más que a una elevación del arco. La deformidad se acompaña generalmente de dedos de garra. Se trata comúnmente de una deformidad adquirida, pero en ocasiones, aunque raramente, es congénita. Puede constituir por sí sola la deformidad, o puede acompañar a cualquier forma de pie zambo, especialmente a los tipos calcáneo o equinovaro.

Causas: Las causas principales de la forma adquirida son:

· Parálisis o debilidad de los músculos lumbricales e interóseos [pie en garra ideopático, que es el tipo más común y que se desarrolla en la infancia.

· Parálisis de los flexores largos de los dedos, causa de que el pie se coloque en intensa flexión dorsal por la acción no contrarrestada de los músculos tibiales anteriores. El calcáneo se dirige hacia arriba y el tarso se presenta angulado.

· Botas, zapatos o calcetines demasiado cortos, que comprimen al pie. Como ya hemos señalado, puede acompañar a cualquier otra forma de pie zambo.

Deformidad y alteraciones:

· En los casos paralíticos, el pie se arquea ligeramente en la articulación mediotarsiana como resultado de una alteración en la posición del calcáneo o de las cabezas metatarsianas. Con el transcurso del tiempo, las estructuras plantares se retraen y la deformidad se convierte como fija.

· Parálisis de los flexores largos: Las alteraciones son semejantes a las del pie calcáneo adquirido. La tracción no contrarrestada de los músculos tibiales anteriores eleva la porción anterior del calcáneo y el antepie se arquea en la articulación mediotarsiana. El arco transverso anterior se hunde por la tensión que sufre y con el tiempo se convierte en convexo. Los dedos se hiperextienden en las articulaciones metatarsofalángicas [pie en garra], en parte debido a la tracción de los extensores largos, y en parte al descenso de las cabezas metatarsianas, la primera falange se dirige hacia arriba y las falanges distales se disponen en flexión [figuras 1 y 4].

· Parálisis de los lumbricales e interóseos: En este caso las alteraciones se producen en orden inverso. Normalmente los lumbricales e interóseos actúan sinérgicamente durante la acción de los flexores largos, para impedir la flexión de la articulación interfalángica durante la contracción de los flexores largos en la deambulación. Si se pierde esta acción sinérgica, no existe oposición a los flexores largos y los dedos se disponen en garra. La falange proximal ejerce presión sobre la cabeza metatarsiana, desplazándola hacia abajo. De esta forma, se arquea el arco transverso y se altera el ángulo del antepie, ya que, en efecto, está arqueado.

Síntomas:

Aparece dolor en la planta del pie debido a la presión de las cabezas metatarsianas, y puede irradiarse al dorso del pie y la porción inferior de la pierna, pero esto raramente ocurre antes de la adolescencia. Suelen formarse callos debajo de las cabezas metatarsianas, o sobre la primera falange de los dedos; estos callos suelen ser muy dolorosos.

Tratamiento:

Como el dolor aparece tardíamente, es raro que estos pacientes acudan para tratamiento durante las fases tempranas, por lo que casi siempre es demasiado tarde para conseguir algún éxito con el tratamiento físico. Si el tratamiento se establece en las fases tempranas, la estimulación con la corriente farádica, y la reeducación de los músculos intrínsecos suelen detener el progreso de la deformidad. El uso de calzados especiales suele ayudar también a la corrección de la deformidad.

Tratamiento quirúrgico. En los casos graves se requieren medidas operatorias. Entre las operaciones practicadas cabe citar:

· Fasciotomía: Consiste en la sección de la fascia plantar y la movilización del pie con sección de los tendones extensores de los dedos, si están retraídos. Se inmoviliza el pie por espacio de 3 a 4 semanas, aunque algunos cirujanos mantienen inmovilizado al pie por un período más prolongado. Se permite la carga con vendaje enyesado, ya que de esta forma se facilita el aplanamiento del arco longitudinal. El tratamiento postoperatorio se realiza según las directrices usuales. Si la cicatriz es dolorosa, suelen aplicarse fricciones suaves en esta zona.

· Operación de Steindler: Se practica a veces esta operación en los casos más graves. Consiste en el "arrancamiento" de la totalidad de la superficie inferior del calcáneo, y seccionando también la fascia plantar, los abductores del dedo gordo y del quinto dedo y flexor corto de los dedos [*]. Se procede entonces a la manipulación del pie y se corrige la posición de cavus en el grado deseado. Aunque los resultados inmediatos son buenos, existe una tendencia a la recidiva de la deformidad.

El tratamiento postoperatorio sigue las directrices usuales, en forma de manipulaciones, ejercicios activos y reeducación de la marcha.

· Operación de Lambrinude: En esta operación se realiza una redistribución de la potencia muscular y consiste en la artrodesis de las articulaciones interfalángicas. Esta artrodesis corrige la "garra" de los dedos, por lo que los flexores largos flexionan ahora los dedos en las articulaciones metatarsofalángicas y, por consiguiente, el apoyo se realiza sobre las cabezas metatarsianas. Se mejoran las funciones de todo el pie y desaparecen las callasidades y callos dolorosos. Esta operación está contraindicada si existe luxación en la articulación metatarsofalángicas o si están paralizados los flexores largos.

El tratamiento postoperatorio es el descrito anteriormente, presentando una particular atención a los movimientos de las articulaciones metatarsofalángicas.

[*] Los músculos se seccionan cerca de su origen en el calcáneo. Se deslizan hacia delante y se reinsertan en el hueso en su nueva posición.