12- EFECTOS SOCIALES Y PSICOLÓGICOS EN LA ENFERMEDAD MACHADO-JOSEPH. Por Alfredo José Brites, SCA3. Traducción de Cristina Fernández Amado.

Alfredo Jose Brites.

Nota: "Alfredo José Brites es de Toronto (Canada). Como en la página web arriba citada, en su texto "Efectos sociales y psicológicos" Alfredo habla de Machado-Joseph Disease (o SCA3). No obstante, a pesar de referirse a un tipo de ataxia concreto, sus reflexiones son totalmente válidas para cualquiera de las otras ataxias genéticas y pogresivas, ya sean dominantes o recesivas". (Cristina Fernández).

En la manifestación de la enfermedad Machado-Joseph y durante los años de su desarrollo, hay ciertos asuntos de importante relevancia que afectan al bienestar del paciente. Son el efecto psicológico que conlleva la enfermedad, así como la marginación constante, y el desinterés por el aspecto humano propio de la sociedad actual.

Aunque la enfermedad es degenerativa, su acción sobre el sistema nervioso es muy acusada. Constantemente, se ven disminuidas en el paciente actividades en las que la sociedad ni siquiera necesita pensar, pues las hace miméticamente. Y no sólo ocurre en esta enfermedad, sino que hay cientos de enfermedades genéticas que afectan a movimientos cognitivos y contribuyen a la melancolía e impotencia del paciente. La persona con esta enfermedad está frustrada en la mayoría de las acciones y reacciones cotidianas debido a la falta de coordinación que tiene que soportar a lo largo de su vida. Sin embargo, éstas anomalías pueden ser superadas, más o menos, intentando conocer la psicología del individuo. Desgraciadamente, la falta de conocimientos de la sociedad en este área es sumamente grande, y además provoca situaciones, para ellos, divertidas y de chistes injustificados.

Es lo que ocurrió el año pasado cuando una persona afectada por la enfermedad Machado-Joseph intentó suicidarse para acabar con su sufrimiento y con el desprecio que le infringía la sociedad y, particularmente, su propia familia. Durante la evolución de la enfermedad tienen lugar la pérdida de coordinación, la pérdida de equilibrio que produce la ataxia pronunciada, y las constantes opiniones de "usted está bebido y debiera avergonzarse", así como el hecho de ser enviado al psiquiatra debido a los efectos en el sistema nervioso de la enfermedad, sin tener en cuenta el sufrimiento que esto causa en el paciente.

El desconocimiento no es lo peor, lo peor es ser inculto y querer a toda costa permanecer en la ignorancia sin intentar abrirse a las explicaciones científicas sobre las manifestaciones que provocan esta clase de enfermedades genéticas.

Hoy en día la sociedad está envuelta en un egoísmo tremendo debido a la codicia del mundo materialista del que se alimenta. La actitud general es que todos queremos ascender y alcanzar poder sin importarnos nuestros vecinos, y con ello generamos constantemente odios y envidias. La práctica de estos métodos en seres humanos debieran haber terminado hace 200 o 300 años, como la esclavitud, cuando se abolió por las leyes que rigen las naciones, pero, desgraciadamente, hoy todavía existen aunque tengan nombres diferentes.

La gente, en general, atiende a las instituciones religiosas a las que pertenece, pero yo tendría que preguntar: "¿por qué y para qué?". ¡Si no practican las enseñanzas religiosas en los acontecimientos diarios!: los dogmas de los Enviados Divinos: Cristo, Buda, Mahoma, o cualquier otro profeta de los que enseñan leyes cósmicas y espirituales.

¿Es nuestra misión servir en la tierra para mofa de las personas?. Lo dudo. Si estudiamos a los filósofos y maestros clásicos o contemporáneos, parece que nuestra misión no es más que un aprendizaje a lo largo de nuestra estancia terrena. Aprendizaje que debiera ser un proceso de evolución moral, ética, y espiritual. Pero para este aprendizaje no tenemos pautas, y debemos luchar constantemente contra los componentes materialistas de la vida cotidiana.

Debemos pararnos a pensar sobre lo que somos: de dónde venimos y hacia dónde queremos ir. Y, si nos detuviéramos un momento, podríamos entender la verdadera razón de nuestra existencia: veremos que las "guerras" psicológicas son un gran atraso en nuestra evolución física, psicológica, social, moral, y espiritual.

Tenemos que despertarnos, porque tenemos el futuro en nuestras manos pendiente de un fino hilo, y, si siguiéramos progresando así, las futuras generaciones nos verían como delincuentes, en vez de como a una sociedad formada y educada para beneficio de la continuidad de la humanidad.